La apodaron Muñeca por su belleza y la hicieron partícipe del juego. Ella desempeñó el papel con temple de porcelana. Cuando sus ojos se volvieron vidriosos y su piel perdió el lustre, la expulsaron del juguetero.
Dibujo de Mike Kirby
viernes, 6 de junio de 2003
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1 comentario:
Así es, cuando se pierde la frescura, perdemos le interés. Saludos
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